Hoy nos toca una nueva entrevista con una apasionada de la enseñanza, Marta Pastur. Ella se ocupa de que nuestros peques se familiaricen con el Español, un idioma que muchas veces es el secundario viviendo en Dinamarca. Las razones pueden ser distintas en cada familia, pero es común que al tener una madre o un padre danés o porque pasen su día en la escuela y con amigos daneses no les de tiempo a practicarlo regularmente. Sabemos de la importancia de desarrollar esta faceta, no solo para poder comunicarse con su familia, sino también para darles una enorme ventaja en su futuro laboral, ya que el español es uno de los idiomas más hablados en el mundo. Marta es una apasionada de su profesión y sus alumnos disfrutan con ella mientras aprenden sin darse cuenta, ya que es consciente que necesita establecer una relación de confianza tanto con los niños como con sus padres y romper así la barrera de la distancia. Nos enorgullece conocer a personas que, como ella, promocionan nuestra lengua ayudando a que el aprendizaje del español sea también parte de los muchos niños que han nacido aquí o que han llegado a una temprana edad. ¿Sería también interesante un networking entre profesionales de la educación? Vamos a conocer a Marta y sus impresiones en Dinamarca:
¿Quién eres? ¿Has venido sola a Dinamarca o tienes a tu familia aquí?
Me llamo Marta Pastur y soy asturiana, concretamente de Oviedo. Vine sola a Copenhague en el año 2018 para ampliar mi formación, y decidí quedarme.
¿Cómo se llama tu empresa y en qué consiste?
Mi empresa se llama Pollitos Spanish Academy. Pollitos es una academia de español que ofrece un espacio para que los niños tengan la oportunidad de aprender y perfeccionar su español, crear fuertes contactos sociales en los que apoyarse y desarrollar el gusto por el idioma y la cultura españolas.
¿Cómo surgió la idea y qué te motivó a emprender en Dinamarca?
Desde que llegué a Dinamarca quise iniciar un proyecto personal relacionado con el ámbito educativo y mis raíces. Soy pedagoga y los niños son mi pasión, y tengo la experiencia de enseñar español como lengua extranjera en otro país. Fue un trabajo muy gratificante, así que decidí hacerlo por mi cuenta aquí. Encontrar la asociación Casa de España en Dinamarca y contar con su apoyo y confianza me permitió empezar al principio con grupos pequeños y clases particulares. Con el tiempo y buen hacer los grupos fueron creciendo, dándome la oportunidad de crea mi empresa.
¿Cuáles fueron tus dificultades?
La dificultad inicial fue encontrar un buen local apto para enseñar a niños y bien situado. También la organización de las clases fue complicada al principio, al tener demandas de edades y niveles muy diferentes.
¿Cuáles fueron tus satisfacciones?
Las satisfacciones han sido y son muchísimas. Por un lado, ves que las familias están contentas, que confían en ti, que valoran tu trabajo y son muy agradecidas.
Por otro lado, la progresión de los niños es una satisfacción en sí misma. Aprenden, se lo pasan realmente bien y entran en la clase corriendo preguntando a qué vamos a jugar hoy. Los grupos se divierten mucho, se han hecho muy amigos, y eso reconforta enormemente porque en un futuro pueden tener fuertes apoyos que entiendan “su parte española”.
También ver que el esfuerzo dedicado, todas las horas invertidas haciendo materiales, organizando las clases y hablando con las familias nunca son en balde. Poco a poco la academia va tomando forma y va creciendo.
¿Cómo ha sido para tí comenzar tu vida en Dinamarca? ¿Qué importancia ha tenido tener una red de buenos contactos?
Para mi comenzar mi vida en Dinamarca ha sido un reto. Estar lejos de mi familia y notar esa falta de apoyo y cariño diario fue lo más duro. Emprender y crear “Pollitos” me ayudó a ser positiva y tener un proyecto motivador.
Mi red de contactos ha sido de vital importancia, tanto para mi vida personal como profesional. Encontré ayuda para adaptarme y adaptar mi trabajo a las necesidades de la población y para orientarme en procesos que resultaban imposibles para mi sola. Mi vida y mi empresa en Dinamarca no serían lo que son ahora sin ese apoyo.
¿Qué lecciones has aprendido de los desafíos que hayas podido tener en el camino?
La lección más importante que he aprendido ha sido ser paciente. Si haces las cosas honestamente y con profesionalidad todo llega, despacio, pero llega. También aprender de mis errores y escuchar a personas con experiencia ha sido un aprendizaje primordial. Por último, ser positiva, flexible e imaginativa ha sido crucial para sacar este proyecto adelante.
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