Con el todavía reciente éxito de la Selección Española en la Euro 2024 celebrada en Alemania, hoy vamos a echar la vista atrás y repasar el mayor logro de nuestro país de acogida: la Eurocopa que el país escandinavo logró en el año 1992.
Aquel año, la (casi) siempre tranquila y estable Dinamarca se vio sacudida por un hecho político de lo más relevante: contra todo pronóstico, el 2 de junio, los votantes rechazaron en referéndum la adhesión al Tratado de Maastricht; por un estrechísimo margen, eso sí, pero con una participación extraordinariamente elevada. Este hecho sin duda hizo correr ríos de tinta, tanto en la prensa nacional como en el resto de Europa, ya que ponía en serio riesgo los deseos de mayor integración europea de los Estados miembros.
Sin embargo, algo en apariencia mucho menos importante ocurrió unos días antes, o eso creíamos: el 31 de mayo, la UEFA anunció la descalificación de Yugoslavia de la Euro 92, debido a la cruenta guerra de los Balcanes que estaba teniendo lugar en un país que finalmente se desmembró y acabó cambiando por completo la configuración de la región. Aquello fue un varapalo para la Selección Yugoslava, que tenía jugadores de primer nivel como la leyenda madridista y “Héroe de la Séptima” Mijatovic (por aquel entonces todavía en el Partizan de Belgrado), Kodro (que ya estaba en la Real Sociedad), Jugovic, Savicevic y Stojkovic; de la noche a la mañana, todos ellos quedaron excluidos. Dinamarca ocuparía su lugar.
Esta carambola apenas se tomó como una anécdota, si no a chirigota, incluso entre los propios jugadores daneses y su cuadro técnico, no digamos ya entre sus aficionados. Por aquel entonces, la mayoría de sus futbolistas ya se encontraban de vacaciones, puesto que Dinamarca tampoco se había clasificado para aquella Eurocopa. Por ejemplo, Brian Laudrup, una de sus grandes estrellas, se encontraba de vacaciones en Mallorca. Otro compañero, Flemming Povlsen, también se encontraba de vacaciones en España, mientras que la inmensa mayoría del resto de los futbolistas de los que se tiene conocimiento de su destino vacacional se encontraban en otros países del Sur de Europa como Malta, Italia o Grecia.
La falta de perspectivas acerca del rendimiento de Dinamarca en aquella Euro era total y absoluta. Para colmo, su mayor estrella, el legendario Michael Laudrup y hermanísimo del mencionado Brian, declinó su participación en aquella Euro por desavenencias con el seleccionador Richard Møller Nielsen. Michael venía de saborear los laureles del éxito tras levantar la primera Copa de Europa con el mítico FC Barcelona de Johan Cruyff (el llamado “Dream Team”) en el estadio de Wembley solo unos días antes. La primera del club azulgrana. Casi nada. Por cierto, Michael tampoco pudo acabar en buenos términos con el preparador neerlandés, lo cual acabó precipitando su fichaje por el eterno rival culé, el Real Madrid, solo dos años después.
Lo que ocurrió después es historia conocida. Dinamarca no solo tuvo unos cruces complicados, sino que también tuvo que enfrentar una fase de grupos terrorífica, encuadrada en el Grupo I junto a Suecia (la anfitriona), Francia e Inglaterra. Contra todo pronóstico, Suecia y Dinamarca se impusieron y pasaron a la siguiente fase como primera y segunda, respectivamente. Francia e Inglaterra quedarían fuera.
En semifinales aguardaba la temible Países Bajos, con jugadores de la talla de Van Basten, Gullit, Rijkaard y un Dennis Bergkamp que ya también destacaba. Los daneses iban ganando 1-2, pero un gol de Rijkaard casi al final mandaría el partido a la prórroga y, posteriormente, a la tanda de penaltis. Dinamarca se impondría en dicha tanda. Dinamarca estaba en la final. Lo que nadie podía imaginar.
Alemania esperaba en la final. Y aquella no era cualquier Alemania, sino la Alemania reunificada tras la caída del Muro de Berlín, lo que significaba que Matthias Sammer se uniría a Voller, Hassler, Moller y Klinsmann, entre otros. Pese a ello, Dinamarca no se dejó intimidar y se llevó la final por 2-0, gracias a los goles de Jensen y Kim Vilfort, a una gran solidez defensiva y a un estelar Peter Schmeichel, que se consagró como uno de los grandes porteros del fútbol mundial durante este torneo.
El avión de la selección danesa aterrizó en Copenhague ante cientos de miles de enfervorizados daneses. El milagro se había producido.
Sin duda, esta historia invita a reflexionar sobre el peso de las expectativas, la autoexigencia y la importancia del descanso a la hora de afrontar los retos profesionales. Aquella Dinamarca que no se había preparado para la gran cita del fútbol europeo acabó triunfando. Y no tenemos pruebas, pero tampoco dudas, de que las excelentes playas españolas jugaron un papel destacado.
Carlos Calvo
@cdotcalvo
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